sábado, 10 de noviembre de 2007

Indiferencia



Me pregunto porqué será que hay tantas cosas que vemos diariamente y que atinamos a ignorar. Seguramente una respuesta rápida sería pensar que armamos una especie de coraza que nos aísla (o incluso nos protege) de lo que le pasa al otro.

O el hecho de ver tantas veces la miseria que hay dando vueltas hace que ya nos parezca hasta normal, nos acostumbramos a vivir con eso porque sino no podemos vivir directamente. Si ya estamos -seguramente- tapados de problemas o asuntos personales... qué nos vamos a hacer mala sangre por lo que les pasa al resto... no?

Yo lo siento así y no pretendo ser la salvadora del mundo, al contrario, a veces siento que el mundo me ataca y no me da márgenes de cosas buenas. Como muchas otras veces siento que el mundo esta loco, o todos estamos locos, o que el mismo ser humano esta loco... pero me acostumbro a vivir con eso, y termina siendo -por supuesto- "normal".

Es una autocritica hacia mi misma, porque tampoco ando por la vida peleando por los derechos de los animales, y de los chicos, porque se que no alcanza... Es todo un engranaje cultural, capitalista y tantas otras sarta de cuestiones que dan para escribir y analizar por miles de ramas. Y yo no soy analista, ni especialista. Soy una ciudadana más de este mundo. Y mi mundo es el que veo diariamente en mi ámbito. Y a pesar de que me duelen las cosas terroríficas que pasan al otro lado del planeta, lo vivo en carne propia en lo cotidiano, en la cuidad donde vivo, en los lugares en los que me muevo. Es que si me paro a pensar está en todos lados... La indiferencia. Acaso yo misma soy parte de eso? Acaso yo misma no termino siendo indiferente con ese tipo de cosas?

A veces me pasa que, en lo que yo llamaría "un momento kodak"(frase tomada gracias a lo que el marketing produce en mi, algo así como la inyección de la aguja hipodérmica en mi cabeza), me bajo por un momento de esa nube de indiferencia de la que formo parte, y decido hacer algo.

Aunque sea poco, chiquito, insignificante, me lo dice de alguna manera una sensación corporal (como diría mi psicóloga, esas sensaciones que el físico transmite, de que tenemos que tomar cierto camino y no otro, algo así como una corazonada). Es lo que me pasó con los animales, tema que ocupó las primeras palabras de mi blog, tema que ocupa mi cabeza y mi corazón desde que tengo uso de razón. Y es lo que me pasó el otro día con una nenita cartonera, no sé que fue pero me conmovió, algo me movió. Quizás me vi a mi misma haciendo lo que estaba haciendo ella, en vez de estar jugando o haciendo cosas de chicos. El click "kodak" fue una mínima sonrisa que me hizo, que bastó para bajarme de un hondazo de mi paso apurado, y quedarme con esa sensación de cercanía, identificación, instinto de protección.

Después que le compre y le di una bolsa de caramelos, sentí lo que mas de uno habrá sentido alguna vez que hizo alguna "buena acción": No le solucione la vida pero al menos le di una alegría.
Pero no es suficiente, eso está claro. No se puede ir en contra de algo que ya está formado y que ya es así, que forma parte de lo normal para todos los que alguna vez nos paramos y hacemos algo. Sea por un chico, sea por un animal, sea por defender o dar una alegría a alguien que no la puede tener por sus propios medios, a alguien indefenso y puro como un ser así.

Es que si me tengo que parar en todo lo que veo, dejo de tener vida propia. Y suena egoísta no? Pero es así, sino te volves loca. Entonces sigue la cadena. No se puede salvar el mundo por una buena acción... a lo sumo salvar el propio mundo interno que cada uno tiene, aunque sea por un rato.

3 comentarios:

Abel dijo...

Algunas cosas estan como estan, demasiado mal como para que alguien (vos, yo o cualquiera) pueda cambiarlas. Estoy seguro de que es posible darle un momento de felicidad a alguien de la manera que sea, algo es algo... pero no podemos mejorarlo todo.
Si uno se involucrara demasiado se quedaria sin tranquilidad, cosa que en estos tiempos es una bendicion.
Hoy en dia tenemos que "hacer la nuestra", solo podemos preocuparnos por nosotros y por los nuestros, no creo que quede otra.


Saludos

Anónimo dijo...

Mmm sí, es un tema complicado...
Creo que pensar en un mundo sin hambre y sin guerras no es posible, por más feo que suene creo que es nuestra forma de "manejar el número de miembros de la especie". Uf, lo que puse es HORRIBLE pero me temo que funciona así.
Nuestro aporte es pequeño pero es algo (recoger un animal de la calle y ubicarlo en un hogar por ejemplo), y si vos lo hacés sabés lo gratificante que se siente ver el cariño en los ojos de un animal o cómo toma confianza cuando es un pobre bicho que lo han maltratado.
Yo empecé a optar por cositas chicas que están a mi alcance, como puede ser sentar a la mesa al chico que entró a pedir y comprarle algo para comer. Me cansé de darles plata y ver cómo el adulto que lo espera en la esquina se la saca y lo maltrata, por lo menos me aseguro que tenga algo en la pancita por unas horas...
En fin, ésas son las cosas que me ayudan a seguir creyendo en el lado bueno de la vida.
Dicho lo dicho sobre tu post, hago mi reclamo: Nena, no posteás más??? Yo te leía siempre, pero esta es la primer vez que escribo...Así que bueno Mafaldita, vas a tener que dar muestras de vida jajaja!!! Un saludo grande, espero leerte pronto che!

Mafalda dijo...

Justo hoy pase para ver en que andaba mi pobrecito y abandonado blog, y me encuentro con un comentario nuevo!! La verdad Muzza muchas gracias por tu mensaje, si, deje de postear por causas diversas (falta de tiempo y demasiadas cosas pendientes que se fueron acumulando) y cuando quise retomar pense q ya era medio tarde. Pero me entraron mas ganas de postear gracias a tu comentario! Quizas era el puntapie que necesitaba.
No se si volvere y sere millones, pero volvere!!
gracias che, see you soon!!