miércoles, 5 de marzo de 2008

Tratando de entender la ironía injustificada: El asesino que se autodenomina artista


Hace unos días me enteré de una brutal noticia. Sumé mi firma para boicotear a Guillermo Vargas, un ser nefasto –erróneamente- autodenominado artista, que en una exposición de Arte del año pasado presentó como obra a un perro secuestrado de la calle, lo ató y al frente le puso la frase “Eres lo que lees”, escrita con comida de perro. Previa a la inauguración de su obra, en una vasija se quemó crack y marihuana (…) y durante la exposición se pasó de fondo, el Himno Sandinista… al revés.

Este proyecto de ser humano, si amerita llamarlo así porque decirle “proyecto” creo que le queda grande, evidentemente no sabe lo que es arte. Quizás mi falta de conocimiento en la materia me limite a entender siquiera la conexión en el mensaje que intentó transmitir: quemar droga, poner un Himno Revolucionario al revés (¿?), atar a un indefenso animal secuestrado y dejarlo morir de hambre en una triste agonía. “El perro iba a morir de todas formas, estaba enfermo y en Nicaragua (país en el que se realizó la exposición) esta lleno de perros en las mismas condiciones” se limitó a decir esta porquería.

Y para aumentarle mas ironía a su mensaje, bautizó a su victima como Natividad, en homenaje a Natividad Canda, un indigente que fue prácticamente comido vivo por dos perros luego de ingresar a una fabrica.

En este instante se me vienen dos planos a la cabeza:

lunes, 25 de febrero de 2008

Quisiera estar ahi


No se que tipo de "masoquismo" tengo, porque a esta foto la puse como fondo de escritorio de la PC de mi laburo, y gracias a ella cada mañana puedo sentir, o imaginarme el olor a la lluvia y la sensación que se siente desde la ventana de mi casa de El Rodeo (una villa veraniega en mis pagos) cada vez que llueve.
Es que la foto resume dos cosas que me llenan de sensaciones buenas: La lluvia y mi casa... bueno, "mi casa" no se hasta cuando, imagino será hasta que llegue un comprador entusiasmado dispuesto a pagar la suma que piden.
Mientras, esta foto es mi homenaje diario.

domingo, 3 de febrero de 2008

Mi lista pendiente

Hace rato que tengo ganas de hacer una lista de las cosas que mas me molestan y las que mas me gustan. Así a secas, ni mas ni menos, enumerando como si fuese uno de esos forwards que te llegan en el correo pero hecho a mi gusto y conveniencia. Aquí va:

Que me molestan (y mucho):

- Cuando voy apurada por la calle, después de un chaparrón, y piso una baldosa floja que hace que salte un chorro de agua, muy caliente y sucia, a mi otro pie. Me pone loca, porque no puedo evitar pensar en que ese agua esta infectada de toda la mugre y suciedad juntada de la calle, léase: escupidas, salpicadas, popos de perros, restos de comida y tantas otras cochinadas.

- El ajo. Lo detesto, lo odio, y si pudiera haría una campaña masiva y mundial para exterminarlo de la faz de la tierra. Odio comerlo y odio a la gente que lo come, no porque lo coma en si, sino porque después el olor es imposible de desaparecer por mas chicle o caramelo de menta que intente taparlo.

- Saludar por cortesía al bajar o subir de un ascensor y no escuchar respuesta alguna. Está bien que todos tenemos nuestros días, pero que carajo cuesta contestar un simple “hola”???.

- Tres palabras que no deberían estar ni siquiera en el diccionario: “CORTICOIDES”, “ANTIBIOTICOS” y “CORTE Y CONFECCIÓN”. No es por lo que significan, sino por como suenan, las detesto, las odio.

- El ruido que hacen las bolsas de nylon. Un ejemplo: Ir viajando en un colectivo de noche, y sentir que alguien abre una bolsa y hurguetea vaya a saber que cosa. Para mi las bolsas son para la basura y nada mas, no para transportar cosas, para eso existen las que no hacen ruido, como las de cartón o un simple bolso.

- No encontrar lo que busco y sobre todo cuando estoy apurada. El ejemplo mas significativo es el celular: Estoy saliendo (apurada para variar) y dejo la puerta abierta del ascensor convencida de que está acá nomas, pero al final, ando a las corridas y mas de una patinada y al no encontrarlo, me resigno por volver a cerrar la puerta y buscarlo con mas calma. Recién ahí aparece el infeliz y estaba al frente de mis ojos.

Cosas que quizás no tengan mucho sentido, pero logran ponerme los pelos de punta. Seguro me olvido de alguna, pero quién no tiene esas pequeñísimas molestias cotidianas?

Pasamos a las buenas, que me encantan:


- La lluvia, sobre todo la de verano y en el campo, torrencial, bestial, con rayos y truenos. Simplemente cambia mi estado de ánimo, me sale la nenita de 8 años y me dan ganas de ir a saltar en los charquitos que se van formando y sentir como cae sobre mi y me empapa toda la ropa.

- Escuchar una canción que hacía mucho no escuchaba y que en su momento fue un icono para mi. No importa el género, pero la mayoría de las canciones que entran en este punto me renuevan, me inspiran.

- El olor que hay en mi casa, o mejor dicho que había. De chiquita estaba convencida (y lo estoy) que todas las casas tienen un olor que las distingue del resto, y el olor que había al entrar al zaguán de la mía era único.

- Escuchar cuando un grupo de gente canta algo que las une. Por ejemplo el himno (no en cualquier lado, ahora esta de moda cantarlo en cuanta manifestación haya), sino en un contexto… llamémosle patrio. Simplemente me emociona. De chiquita iba siempre a una procesión de la Virgen, en donde se llenaba de peregrinos y cuando la entraban a la Catedral todos le cantaban su canción, creo que al ver a la gente grande ser tan devota y llorar de emoción hizo que me sensibilice hacia este tipo de costumbres.

Uf… seguiría con tantas otras cosas, pero se me está haciendo interminable. Así que dejo mi lista acá. Creo que en la simplicidad de las cosas cotidianas muchas veces encontramos detalles que nos llenan o que nos pueden cambiar el humor. Lo bueno es saber reconocerlas y confesarlas, por más vergonzosas que sean.

miércoles, 30 de enero de 2008

I´m back!

Pucha che... Paso tanto que no se ni por donde empezar. Para no enredarla tanto diría que desaparecí, como le comente a Muzza, porque el fin de año me agarro con miles de cuestiones que hicieron que mis distracciones se dificulten. Cuando me quise dar cuenta ya habían pasado los brindis festivos, mis micros vacaciones y mi vuelta a la rutina. Y por una cosa o por la otra evitaba entrar de nuevo a mi blog porque sabia que me iba a dar mucha pena, culpa, o ese sentimiento extraño que uno siente cuando deja cosas por hacer...

A este blog lo nombre justamente TEMAS PENDIENTES, no solo por querer escribir sobre todo lo que creo que "pende", sino porque cuando lo empecé, me propuse comenzar una especie de anotador, diario íntimo y demases, sobre cosas que sentía la necesidad de expresar o de hacer. Y así fue.
Pero con el tiempo descubrí (como era de esperar) que para tener un blog medianamente decente, había que dedicarle tiempo, cosa que en mi vida muchas veces falta. Bueno, no soy la PresidentA (con A, como dice Lady Crist), pero a veces me desordeno un poco y dejo vilmente a esta pequeñísima e insignificante creación en medio del cosmos cibernético, navegando solita entre tanta inmensidad… pobrecita.
Por eso aquí estoy, iba a volver tarde o temprano, y hoy me dieron ganas.
Prometo que el próximo post no va a ser tan efímero como este, pero es un buen comienzo.